El MASAJE es una situación de íntima relación entre dos personas, donde es necesaria la entrega, compromiso, respeto y sensibilidad de ambas. Es una situación de aprendizaje que requiere la participación conciente del ALUMNO.
Se trata justamente de ir desarrollando una mayor CONCIENCIA desde la experiencia directa de movimiento acostados en la camilla, sentados o de pie. Recibir un masaje no es abandonarse, dormirse. Por el contrario, es despertar.
La RESPIRACIÓN es la base de nuestro trabajo, darle lugar, facilitarla es “origen y meta” de lo que hacemos. Es el movimiento más importante. Sin ella no hay otros movimientos posibles.
Al trabajar los bloqueos y dolores corporales, lo estamos haciendo en todos los planos: emocional, intelectual, espiritual. Lo que duele en el cuerpo, es lo que duele en el alma.
Nos pensamos divididos en planos pero somos un todo, y nuestra INTENCIÓN en la sesión/ clase es reunir, integrar, echar luz sobre lo confuso y oculto. Abrir las puertas que a partir de nuestras vivencias pudimos ir cerrando.
La historia personal, familiar, social, está. Vive en nuestro cuerpo y no hace falta narrarla con palabras para que se exprese.
La mayoría de los SINTOMAS que padecemos, son manifestación de partes de nuestra historia dolorosa, traumática que preferimos mantener en la SOMBRA, y que busca diferentes modos de resolución.
Encontrar una VÍA de trabajo para poder llevar conciencia, allí donde hay puro ACTO, es una tarea que debemos proponernos cuando entramos en contacto con un alumno. Soltar todo saber previo, buscar que el masaje sea desde una actitud contemplativa, meditativa. Indagar en la lógica corporal.
La ANATOMÍA y FISIOLOGÍA que hemos estudiado en los manuales nos da un marco teórico de referencia. El masaje tiene que poder trascenderlas. Nuestras manos tienen que tocar, percibir el hálito de vida, la ENERGÍA VITAL. Podemos hablar de circulación sanguínea pero con ello no conseguiremos sentir su pulso. Trabajamos la materia del cuerpo desde lo intangible y viceversa, tener presente que “EL VACÍO ES LA FORMA Y LA FORMA ES EL VACÍO”.
Es el punto de partida que propongo para estos talleres.
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